La misión Rosetta nos acerca los cometas



 Tras haber finalizado su misión hace unos meses, van saliendo a la luz datos recopilados por la sonda espacial Rosetta. Durante los 12 años que duró su viaje, se fue aproximando al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, arrojando luz sobre diversas hipótesis planteadas, corroborando algunas y descartando otras. En la imagen se puede observar que la trayectoria seguida por la nave, no es precisamente sencilla. De hecho, pasó 3 veces muy cerca de la Tierra, voló muy próximo a Marte, donde realizó observaciones científicas e incluso pudo adentrarse en el cinturón de asteroides, para fotografiar con detalle el asteroide Steins. La razón de esta intrincada trayectoria, hay que buscarla en el tirón gravitatorio que se obtiene al pasar cerca de cuerpos masivos y que posibilita misiones de esta naturaleza.
En cuanto a la información proporcionada, Rosetta nos ha enviado imágenes del cometa a lo largo de su órbita y ha permitido analizar los cambios que se producen en su superficie en el viaje alrededor del Sol. Se han observado fenómenos muy violentos, como derrumbes de cordilleras e indicios de erosión de materiales, aunque sin afectar de forma dramática a los accidentes geográficos principales del asteroide. 
Otros resultados científicos de primera magnitud, nos llevan a cuestionar la hipótesis de que el agua en la Tierra proviene del impacto de cometas, que aportaban su agua. Al analizar el cometa 67P, se observa que el agua de los océanos no puede provenir de cometas de este tipo, por la diferente composición química de los elementos acuosos. Además, se descubrió que el cometa carece de campo magnético, lo que resultó una sorpresa para los que postulaban que el magnetismo de estos pequeños cuerpos jugó un papel fundamental en la disposición actual de nuestro sistema solar. El tiempo dirá si estamos ante un cometa atípico, o si estos resultados son extrapolables al resto de cometas que orbitan alrededor del Sol.